lunes, 25 de marzo de 2024

PA' UNA YUNTA

 Por el barro de la güeya

se descompasa el cencerro,

si hasta ‘El Matucho’, mi perro,

en su andar, no se atropeya;

el badajo no desteya,

si hasta suena priocupao.

El cielo está encapotao

con un chaparrón oculto

y busco esquivarle’l bulto

yegando al rancho desiao.

 

Ya dejé atrás ‘La Cañada’

y el cayejón de ‘El Vecino’

está cerca mi destino

porque una legua no es nada;

esta tormenta pasada

que me ha retrasao, seguro,

pero no aflojar procuro

confiao en los ‘zainos’ míos

que’n más piores desafíos

hicieron luz de l’oscuro.

 

Saliendo del campo ‘El Tala’

ya tengo el rancho a la vista

de la moza que se alista

pa’ m’ilusión más baguala.

Y es que’l amor me acorrala

como a’hacienda en un rincón;

se hace trenza la ilusión

pa’ uncir pa’ siempre una yunta

de dos almas, que van juntas

con un solo corazón!

                                  (25/03/2024)

 Versos de Carlos Raúl Risso

PA' LAS CUADRERAS

 Pidiéndome rienda ‘el moro’

suelto y liberal galopa

pa’ que yo empine la copa

en la ‘Pulpería del Toro’.

Hay cuadreras, y a lo loro

se alzara la vocería

de la gente, que’n el día

cairá de pagos lejanos

pues correr, pa’ los paisanos,

es diversión de valía.

 

Mientras avanzo en la güeya

por ‘el cayejón de Burgos’

dentre la memoria hurgo

por carreras d’epopeya.

Como la ucasión aqueya

que’l ‘Pangaré’ de Machao

le ganó limpio y cortao

a’aquel ‘gatiao’ que bajara

del lao de ‘la Punta ‘e Lara’,

pingo invito y muy asiao.

 

O la güelta’aqueya que

al ‘tordiyo’e Manuel Hornos

diciendo “no estoy p’adorno”

gano ‘el oscuro’ ‘el Inglés.

A Grigera, aqueya vez

le desconfió su patrón

maliciando que aquel pión

al pingo lo asujetó

y correr no lo dejó

como era su condición.

 

Ese Hornos, muy jugador,

además de los cabayos

solía ser criador de gayos

pa’ esas riñas de mi flor.

Que’ra hombre’e mucho valor

sentí que se comentaba

y que una chacra ocupaba

viviendo con gran donaire

cerca de los Güenos Aire’

ande sus fletes cuidaba.

 

Al fin, estamos yegando

pues la Pulpería diviso

y veo un banderín rojizo

sobre’l mojinete ondeando.

Por el humo están asando

y habrá que hacerle’l honor.

Tasca el freno sonador

‘el moro’ al tranco en la senda,

y por si apostar me prenda

…me tanteo el tirador!!

                             (23/03/2024)

Versos de Carlos Raúl Risso

jueves, 21 de marzo de 2024

TRADICIÓN ES BUENOS AIRES

 En homenaje a los que saben ensiyar

 

Cuando hablo de tradición

hablo del suelo porteño:

¡provincia de mis ensueños,

de mi empeño y mi ilusión!

Los pagos gauchos que al son

de imaginario cencerro

como marcao’ por el fierro

que gaucho te identifica,

nos entabla y nos ubica

en tiempos de Martín Fierro.

 

En el arreglo del pingo

y en las pilchas, el cuidao,

queda’l punto retratao

‘un algo’, que bien distingo.

Tal es así, que hasta el gringo

que a lo crioyo se arrimó,

se’mpilcha bien, cómo no!

y ensiya atento al detaye.

Difícil entonces se haye

un difrazao de ucasión.

 

En la siya o el recao,

las priendas bien repartidas

como si jueran medidas:

¡iguales de los dos lao!

Los estribos, destacao’

quedan luciendo su apoyo

y los cojiniyos crioyos

-cubiertos con sobrepuesto-

recortao por un maestro

cubren del lazo, algún royo.

 

¿Y en los pingos? ¡Flor de boca!

saca el domador porteño,

con la doma crioya; ingenio

que atrás, cuatro siglo’evoca.

No se vengan en maloca

los de ‘la modernidá’,

que’n nosotros viva está

la doma gaucha de ayer

que ha dao pingos de no creer

pa’ cualquier necesidá.

 

La pelada’e las raniya’,

el arreglo de la cola,

el tuse una línea sola…

y es que la tijera briya!;

se afeita la carretiya,

se’mprolijan las oreja’;

vistoso al flete se deja

pa’lmiración del curioso

y es tradición que haya mozo’

ande’l pasao se refleja.

 

¿Qué te viá hablar, tradición,

vos que cuerpias los desaires?

¡Provincia de Buenos Aires:

soy de tus güevo un pichón!

Sigo a tu badajo el son

que’s siempre nota oportuna;

algunos, pa’ su fortuna

quieren imitarte el tranco…

pero yo, que te soy franco

digo: ¡Cómo vos, ninguna!

                                    (20/01/2024)

 Versos de Carlos Raúl Risso

jueves, 14 de marzo de 2024

ROMANCE DE TIEMPOS VIEJOS

 Al tranquito de los güeyes

sin mucho apuro, cansada,

pasó la vieja carreta

tan servicial y tan gaucha;

supo de cualquier servicio

y cualquier tipo de cargas:

cereales, madera, vino,

tinajas, morteros, lana,

cuerambre, plumas, giñebra

y pa’ las milicias, armas;

tercios de yerba, indumentos

tejidos, de poncho y fajas

-de los yamao ‘arribeños’

de vicuña y güena alpaca-;

sombreros, merinos, botas,

bolsas de sal tan preciada,

y del Tucumán, azúcar

que hasta el indio la’preciaba.

Y uno no debe olvidarse

que también entre sus cargas

hizo del transporte humano

servicio en sus largas marchas.

 

Ya lo han dicho con güen tino

que’ra ‘como un rancho que anda’,

y unque vetusta y sufrida

construida tosca y juertaza,

eya apuntaló el progreso

abriendo güeyas y trazas

para que nazcan caminos

que cuando eya jue, no estaban.

          ....................

Dicen que’n el Tucumán

de antiguo se fabricaban,

toldada en cueros vacunos

y con paredes de caña;

otras, como el propio rancho

jueron de paré quinchada,

unque también de maderas

sus laterales se alzaban.

                                     

Y ayí estaba el carretero

tranquiando junto a las yuntas

con la picana en la mano

que no usaba casi nunca,

siempre más vale una voz:

“¡Juerza güey!”, “¡Vamos ‘Trifulca’!”

“¡No me aflueje “Overo” viejo!”

“¡’Remiendo’… juerza en la lucha!”

Y si el trajín era largo,

cuando el cansancio se acusa

iba en el banquito’el pértigo

ande uncía la primer yunta;

denó, en la propia carreta

junto al ‘buche’ se arrebuja.

Y en la argoya del limón,

atrás, si el sitio le busca,

cabrestiando mansejón

pero liberal se acusa,

va el siyero del patrón,

…o el petizo que bien usa

el boyero cuando yeva

la boyada taciturna

al descanso y pastoreo

pues bien merecen que luzcan

prolijos y acomodao’,

fortachos, pa’ lo que ocurra.

 

            ………..

 

El tirón de una jornada

andando sin contratiempos

era hacer unas tres leguas

al tranco cansino y lerdo;

de ser camino bien yano

de aguadas de trecho en trecho

por ahí… las legua’eran cinco

y eso era mucho… por cierto!!

Por eso, ¡¡qué viajes eran

dir, saliendo dende’l puerto,

a Cuyo, a Salta o Corrientes!!

andando meses enteros.

 

Vi pasar a la carreta

y me trajo estos ricuerdos.

Mucho se ignora sin duda

de lo que jue’l pasao nuestro

con carreteros sin nombre

a los que hoy cubre’l silencio,

y aqueyos güeyes sufridos

que tanto ejuerzos hicieron.

Porque de’se humilde modo,

sin querer y sin saberlo,

eyos hicieron la Patria

y en la tierra lo escribieron.

                               (14/03/2024)

 

Versos de Carlos Raúl Risso

viernes, 9 de febrero de 2024

DANDO GÜELTA LA PISADA

 A la memoria de un anónimo

Silvio López, de la Magdalena

 

Me apuntó Ña Micaela

la cocinera ·El Rosario”:

“No sufra más el calvario

que le da el dolor de muela,

váyasé ya, sin agüela,

al tambo en  que’stá Don Silvio”.

Ensiyé y busqué’l ausilio

de’se paisano cayao

que anda siempre algo apartao,

pero cura y trái alivio.

 

Lo hayé hachando unas astiyas

pa’ tener cerca ‘el fogón.

Me dijo: “-Apeesé Zenón

y ate a la sombra el que’nsiya”.

Lo saludé, y una siya

me ofertó pa’comodarme,

no había yegao a sentarme

cuando me alertó: “-Sabía

que un día de’estos vendría

dolorido, a visitarme”.

 

De una pieza me quedé

cuando escuché’se relato

y como es hombre sensato

nadita le pregunté.

“-Qué le anda pasando a usté?

inquirió ensiyando el mate.

Medio me agarró un parate

y le conté: es una muela

que m’hinca como una espuela

con dolor juerte que late.

 

Ser acercó y del lao dolido

tres cruces echó en mi cara

con el pulgar, que pasara

suave como en un volido;

medio un rezo bendecido

murmuraba para sí,

luego: “-Salgamos de aquí”

dijo, y salió muy formal

en direción al corral

del tambo, y yo lo seguí.

 

Adentro tranquió algo tioco

y del almbre’n la costa,

buscó ande’staba la bosta

oriada unque sea un poco,

ayí se agachó -evoco-

y buscó la parte seca,

m’hizo descalzar la chueca

del mesmo lao del dolor

y que áhi pise “por favor”,

me indicó sin una mueca.

 

Sacó la cabo amariyo

y recortó la pisada

que levantó, y mi mirada

esquivó en modo senciyo;

tranquió hacia unos durazniyos

mientras me decía atento:

“-Güelva pa’ mis aposento’

y siga cebando el mate”.

Yo, como en un sosegate

cumplí su orden, cachaciento.

 

Al rato, como tal cosa

regresó sin aspaviento

y me anotició de intento

como la estraña a su esposa,

que con su hija -buena moza-

se han retirao del lugar

y pa’ que pueda estudiar

la muchacha, al pueblo han ido,

y a él se le hace muy sufrido

estar solo, y trabajar.

 

Después de un rato ‘e conversa

me despedí agradecido,

con la muela en el olvido

sin dolor que me retuerza.

Días después, sin hacer juerza

la muela en dos se partió,

cada pedazo salió

con sangre’n dos escupidas…

Y hoy tengo entre mis vividas

que Don Silvio...  me curó.

                                   (08/02/2024)

domingo, 21 de enero de 2024

¡LA PUCHA... CARAY!

Esta mañana, al sentir los 72 sobre'l lomo, se me ocurrieron estos pareados. 


Hoy al levantarme tenía un año más.

¡La pucha! ¡Qué cosa! ¡Cha digo! ¡Caray!

 

Y áhi mirando el cielo: “‘toy viejo pensé”.

Los vi a mis mayores setentones pues.

 

Y vino a mi mente el asao con cuero

que pa’ sus setenta mandó hacer mi agüelo.

 

Y vi la sorpresa, del otro, en la cara:

Le cáimos de noche sin que sospechara.

 

Cruzamos el campo de a pie y sin baruyo,

Yevando vituayas y cariños muchos.

 

Y hoy, al recordarme la luz tempranera,

me dije de pronto: “la cuenta se’leva”.        

 

¿Y aura… cómo sigue la historia ‘e la vida…?

¿Escribiendo un verso… buscando una rima…?

 

Trenzando lisonjas tampoco me veo

porque solo aplaudo aqueyo en que creo.

 

Y si dende mozo transité’sa güeya

no es hora que cambie si mi luz no ceja.

 

¡Qué caray… chá digo!, los setenta y algo

me cáin de sorpresa y como d’encargo.

 

Más bien que sabía que se avecinaban

porque nunca dejan de ser una carga.

 

Hoy al levantarme tenía un año más.

¡La pucha! ¡Qué cosa! ¡Cha digo! ¡Caray!

                                                  (21/01/2024)

viernes, 19 de enero de 2024

PUESTERO'E COSTA

 Se me abalanzó ‘el manchao’

sin avisarme pa’ nada

y gracias a la charquiada

que no lo perdí al recao.

¿Sabrá Dios que lo a’sustao…?

animal tan obediente.

Díbamos pa’ la vertiente

por la picada’e los talas

y quizá a una ‘bicha’ mala

olfatió en un ridepente.

 

En un limpión más ayá

brotaba el agua limpita

y daba inicio áhi cerquita

al arroyuelo “El Chajá”;

cruza el campo de Oroná,

pasa por el de Almirón,

áhi se güelve cañadón

con uncal y durazniyo,

y agazapao y sin briyo

yeva al Plata su canción.

 

En la’rena de la playa

‘el manchao’ deja su güeya

que’l agua y la espuma aqueya

presurosa la soslaya.

A la distancia una raya

separa el cielo del río,

mirar es un desafío

ante l’amplitú elocuente

y uno, acaso, ni se siente…

tan pequeño ante lo umbrío.

 

Ya levanté los alambre’

del monte, sobre la costa,

pero… pa’l río no hay posta

ni ejuerzo que lo acalambre!;

las mareas en enjambre

lo maltratan con denuedo,

lo compongo cuando puedo

pero el agua a maltraer

lo azota y güelve a caer

y hay de púas un enriedo.

 

En campo’e costa, puestero,

hay que aprender a hamacarse           

y a esos bañao’ amoldarse

pa’ cumplir de’nero a enero.

Pero no todo es tan fiero

que hay albardones pastosos

ande’l vacuno, afanoso,

se’ngorda sin retaceo.

¡Si hasta’a mis pingos los veo

bien plantao’ y siempre brioso’!

                                   (19/01/2024)

 Versos de Carlos Raúl Risso