miércoles, 26 de abril de 2017

ANSÍ ES NOMÁS

Dende un banco petiso, en la matera,
en tanto el cimarrón se me aparcera
y hace guardia la pava en el fogón,
íspio por la abertura de la puerta
la claridá de un día que dispierta
mientras “don gayo”, grita su emoción.

Bien ensartao en una marca vieja
un candil hecho en guampa, ver me deja,
al volcar su penumbra por el rial,
y en el palenque que sombrea la mora
con la coscoja de mi zaino yora
el griyo, que rechina en el metal.

Que ansí es nomás la vida del campero:
recorrer dende’l alba el campo entero
mirando haciendas, alambrao y aguada,
que a un ojo acostumbrao tuito se’splica
y ni el frío o el calor al crioyo achica
que no es cuestión de hacer una agachada.

Y antes de dir pa’un mediodía largo
ya lo engaño, al venao, con mate amargo
-que’s del fogón patrón y consejero-,
y al quedarse vacido el mate, encuentro,
que un griyito me grita dende adentro:
“-Ansí es nomás… la vida del campero”.

                                                             (16/02/1987)
              Carlos Raúl Risso

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