Babiando
y echando espuma
ganó
la oriya un guampudo
atropellando
entrañudo
liviano
como una pluma;
se
hace’l tierral una bruma
que
algo le’scuende las patas
pues
apuesta en la bravata
perderse
en la inmensidá
…que’l
afán de libertá
su
estampa crioya delata.
Pero
rispondiendo al grito
de:
“¡atajen atajadores!”
salió
a mostrar sus valores
un
paisano, en un “morito”,
ágil,
dócil y bonito
que
bien pisao y baquiano
en
un tris lo tuvo a mano
golviéndolo
sobre’l paso
…y
alguien mentó: “¡Qué pingazo!
es el moro rabicano!”.
El
paisano es uno más
de
los tantos que campean
a
la hacienda que lidean
bagualona
y montaraz;
su
“rabicano” es capaz
de’ncararlo
hasta Mandinga
y
es justo que se distinga
que
un crioyo le dio el amanse
¡porque
nunca en este trance
tayarán,
costumbres gringas!
(9/04/1996)
Versos de Carlos Raúl Risso