lunes, 29 de enero de 2018

YUNTA


Merecida evocación por la yunta
aparcera de mis “juegos” gauchos

Al pingo “zaino” que se jué hace rato
y al “overo rosao”, también güen pingo,
aura en mi verso ricordar procuro
porque la vida trajinaron juntos
y hoy juntos andarán… otros caminos.

Como al amigo hay que yamar po’el nombre
pa’ bautizarlos -digo- de algún modo
yamé “Ciruja” al “zaino” -firme pelo-
y “Yamador” lo bauticé al “overo”
bonito pelo pa’ su estampa’e crioyo.

Ser marca de Espinel, de “Los Ombuses”,
acreditaba pues, la procedencia,
y eyos -que goluntarios siempre jueron
y nunca un trato acomodao tuvieron-
agrandaron, cumpliendo, aqueya menta.

¡Siempre tuve’n mi yunta una tropiya!
Por aguerridos, guapos y seguros
los preferí a los que’l patrón me daba.
(Como dijo Etchebarne en su versiada
cuando al mensual un canto le compuso).        

Era el “zaino” capaz -en tiro corto-
de arrimarle a mi cinto alguna plata:
especial pa’ las galas el “overo”
no vide otro, con sus galas, creo…
¡Si era pa’ mi esa yunta, un cacho’e Patria!

Y aura andarán los dos, pastiando el yuyo
del páis de los cabayos: “Trapalanda”.
(Tal me dijo un paisano, un viejo crioyo
que había gastao la vida entre los potros
y era siempre su hablar sentencia mansa).

¡Mis cabayos! Quién diría… También
digo como Osiris al recordarlos.
Que ha de haber un reencuentro, no lo dudo,
y áhi volveremos a la güeya, juntos:
el “zainito”, el “overo” y éste gaucho.
                                                           (31/08/1996)
Carlos Raúl Risso E.

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